En diálogo con Noticias de Salud Radio, la Dra. Geraldine Peronace, psiquiatra especialista en adicciones, explicó cómo funciona el circuito de recompensa del cerebro y su impacto en comportamientos adictivos. Además, la relación entre el uso excesivo de dispositivos electrónicos y los trastornos psiquiátricos; el impacto de los likes en la salud mental de los adolescentes; y el peligro de fenómenos emergentes como el chemsex, jornadas sexuales extensas entre muchas personas bajo consumo de sustancias psicoactivas. “No es lo mismo un adicto a la pornografía que un adicto a la cocaína, al alcohol o al trabajo. Cada adicción tiene sus diferentes comorbilidades; pero dentro del cerebro el centro que está enfermo es el mismo seas adicto a lo que seas”, afirmó la médica.
¿Vivimos atrapados en el circuito de recompensa del cerebro? Cada vez que tocamos un botón en el celular o tablet estamos liberando en nuestro cerebro dopamina, un neurotransmisor vinculado con la recompensa, es decir, con sentirse gratificado. Así es la dopamina que se asocia con la felicidad, pero también puede disparar conductas adictivas.
“No es lo mismo un adicto a la pornografía que un adicto a la cocaína, al alcohol o al trabajo. Cada adicción tiene sus diferentes comorbilidades; pero dentro del cerebro el centro que está enfermo es el mismo seas adicto a lo que seas”, explicó la Dra. Geraldina Peronace (MN 110.541), médica psquiatra especialista en adicciones.
Por eso –advirtió la experta– es clave que los padres pongan atención en el acceso de los más chicos a Internet; ya que “habilitar un dispositivo electrónico a un niño es generar en ese cerebro en desarrollo una hiperestimulación similar a lo que hace la cocaína”.
La dopamina es la búsqueda de eso que nos hace bien. “Ahí está la trampa y la bendición”, sostuvo la psiquiatra; porque “gracias a la dopamina vamos al gimnasio o a la facultad cuando no tenemos ganas. Pero también es cuando comemos ya sin hambre lo que sobró de la pizza o el helado”.
“Netflix fue la primera aplicación que se avivó sobre cómo funciona la dopamina. Cuando termina cada capítulo corren esos segundos que se apoderaban de nosotros y queremos ver otro episodio más. Es un claro ejemplo de cómo quedamos atrapados en el circuito de recompensa del cerebro”, contó Peronace.
“Entonces, si nos atrapa Netflix o un reel de instagram, imaginen lo que puede hacer la cocaína en nuestro cerebro”, enfatizó la docente y conferencista.
Cada vez hay más estudios científicos alertando el impacto negativo para la salud mental del uso excesivo de pantallas conocido como tecnoadicción.

La especialista contó que hay casos de pacientes que manifiestan dificultad de la memoria a corto plazo, como por ejemplo, no retener datos importantes para su trabajo; sentirse irritables, alteraciones del sueño, reacciones impulsivas con el resto de familia y estar desconectados de sus emociones.
“Cuando le pedís el celular al paciente te encontrás con que estuvo 11 horas y media en la pantalla. Ahí está la respuesta a cómo se siente. El cerebro no aguanta estar tanto tiempo hiperconectado. La sintomatología era de hiperconectividad, pero perfectamente podía ser por consumo de cannabis”, expresó la médica.
Y enfatizó la importancia de aburrirse. “Hay una red neuronal por defecto que funciona cuando estamos aburridos, es decir, haciendo nada, algo que hemos olvidado. En los ratos libres agarramos el teléfono y otra vez empieza el efecto de la dopamina y el cerebro no descansa un minuto. Tenemos que saber que existe una red maravillosa y creativa, que es el momento eureka, en el cual, se nos va iluminar el cerebro cuando estemos haciendo nada”.
Redes sociales: el impacto de los “likes” en la salud mental
“Está demostrado científicamente que la falta de likes en un chico genera depresión de esos neurotransmisores, es decir, no va a tener la dopamina, la recompensa que espera”, explicó Peronace.
Y sumó: “El cerebro anticipa la recompensa de una rica comida, por ejemplo, el permitido del sábado. La persona ya se está imaginando lo que va a comer. En el caso de un adolescente que subió una publicación a un red social está anticipando la cantidad de likes que tendrá, pero no obtiene esos likes y ahí es cuando llega el bajón”.
“En los últimos 10 años las adicciones subieron un 20% y seguirán en ese camino, porque el trastorno depresivo mayor es la enfermedad del siglo. Un tercio de las depresiones van de la mano del consumo de sustancias, es decir, hay un ser humano cada vez más depresivo y más adicto”, sostuvo la psiquiatra.
¿Se puede salir de la droga? “Es posible siempre y cuando la persona quiera. A veces tiene la voluntad dañada, porque el cerebro está tan enfermo que no tiene capacidad. Por eso, luchamos contra la Ley de Salud Mental actual, porque pide determinadas cosas que son inviables, teniendo en cuenta que si el órgano dañado es el cerebro, la voluntad de un paciente adicto está realmente dañada. Por lo tanto, a veces puede pedir ayuda, pero si el daño es mayor, otra persona debería tomar las decisiones”, opinó la especialista en adicciones.
Y sostuvo que “en la actualidad, hasta un gastroenterólogo debería saber algo de adicciones para saber derivar a tiempo y trabajar con otro especialista, porque el impacto de esta enfermedad es en todos los órganos”.
“Todos los fin de semanas se muere alguien tomando una pastilla. No tenemos reducción de daños y ni de riesgos. Nadie sabe qué tiene esa pastilla. Hay nuevas drogas con un alto grado de sofisticación y si bien en el país existen organismos que hacen lo que pueden, no alcanza. Cada vez hay más consumidores juveniles”, dimensionó Peronace.
“Trabajé muchos años en emergencias por sobredosis, donde tenés casos por ejemplo de un chico que hizo una esquizofrenia por cannabis al poco tiempo de empezar a consumir marihuana”, contó la médica y sumó que “todo depende de la vulnerabilidad y la biología de cada persona. Un grupo de jóvenes le compró pastillas al mismo dealer y capaz con esa misma pastilla una chica bailó toda la noche y no le pasó nada y la amiga se murió. Es una ruleta rusa”.
Trastorno de ansiedad generalizado: ¿es posible superarlo sin medicación?
“A veces se suele demonizar la medicación, pero la verdad es que hay que agradecer que existan fármacos para ayudar al ser humano con sus patologías. En muchos casos la ansiedad y otros trastornos responden a un desequilibrio químico, por lo tanto requiere medicación. Tal es así, que a los 15 días de empezar un tratamiento se ven cambios muy positivos en la salud mental del paciente. No es solo la medicación, hay un montón de herramientas terapéuticas que colaboran muchísimo para salir adelante”, señaló Peronace.
Sin embargo, agregó la especialista, “hay otros casos de pacientes que llegan al consultorio esperando medicación y no la necesitan. Lo que realmente están necesitando para salir adelante es terapia en un contexto social en el cual pareciera que cada vez se necesitan más muletas químicas para vivir o mejor dicho sobrevivir, la automedicación es un tema nos atraviesa a todos”.
Chemsex
“El chemsex es una movida que viene desde Europa y tiene que ver con sexo químico, es decir, una jornada sexual de 24, 48 o 72 horas bajo consumo de distintos tipos de sustancias psicoactivas. Empezó hace varios años en el ámbito homosexual gay puntualmente y hoy por hoy ya está instalado en la heterosexualidad”, explicó Geraldine Peronace, quien señaló que esta problemática en Europa ya se toma como un tema de salud pública y se están realizando trabajos de prevención”.
Con respecto a las consecuencias del chemsex, Peronace explicó: “El principal riesgo del policonsumo es la sobredosis y la falla de cualquier órgano; además del peligro de enfermedades de transmisión sexual”.
Y planteó: “Mientras una persona tenga conciencia se puede cuidar, pero después de 24 horas de consumo teniendo sexo y más sexo con diferentes personas ¿sigue estando la conciencia de poder cuidarse?”.
¿Qué tipo de drogas se utilizan en el chemsex? “Éxtasis, sustancia que aumenta los canales sensoriales, es psicoestimulante y te pone a flor de piel en muchos aspectos. La cocaína, popper (inhalante afrodisiaco), el alcohol; y el GHB (gamma hidroxibutirato) conocido como éxtasis líquido, una droga depresora que se toma como gotero y resulta muy peligrosa: una gota de más te lleva al coma”, alertó la médica.

Por último, entre las principales recomendaciones la psiquiatra afirmó que reducir la exposición a dispositivos electrónicos representa un alivio enorme para el cerebro. Así como también implementar el “modo avión” en los celulares para desconectarse en diferentes momentos del día. En los más chicos, la médica, indicó la importancia del movimiento del cuerpo a través de diferentes juegos, limitar el uso de las pantallas (una hora como máximo) y es fundamental que “los padres pongan atención en sus propias conductas, ya que uno enseña con el ejemplo”.
“Nadie nace adicto. Se hace un adicto. Y para hacerse adicto se requiere de tiempo”, remató Peronace.
Instagram: geralperonace