Daniel López Rosetti: “La emoción decide y la razón justifica”

El reconocido médico, especialista en estrés, explicó por qué somos seres emocionales que razonan. Nos cuenta por qué las mujeres son más ansiosas que los hombres. Además, aborda el concepto de felicidad; y las emociones y sentimientos del seleccionado argentino de fútbol.

Las páginas del último libro del Dr. Daniel López Rosetti nos sumergen en el fascinante mundo de las emociones y sentimientos. El 80 por ciento de nuestras decisiones -dice el libro- no son producto de la meditación fría y cerebral, sino de pulsiones emocionales que luego revestimos con coartadas de racionalismo conveniente. Por lo tanto, ¿la emoción decide y la razón justifica?. Miedo, ira, alegría, tristeza, asco, sorpresa, seis emociones básicas que dan origen a todos los sentimientos.

 

– En tu último libro “Emoción y Sentimientos” afirmás que somos seres emocionales que razonan. ¿Por qué?

– Te confieso algo: este trabajo nace 18 años atrás y si el nombre lo hubiera puesto en ese entonces se hubiera llamado “Razón y Emoción. Manual del usuario”. Pero la evolución hizo que me focalice en el tema de las emociones y los sentimientos que son centrales. El libro busca que el lector empiece a tomar conciencia sobre la importancia de la emoción y el sentimiento versus la razón. En la vida cotidiana pareciera que lo más importante es la razón y no es así; porque cuando tomamos una decisión muy probablemente la inmensa mayoría de la proporción de esa decisión tiene que ver con el cuadro emocional. Claro que después la razón se ocupará, como si fuera una oficina de prensa, de explicar o presentar por qué uno decidió algo emocionalmente, pero lo hará de una forma “justificable”, “razonable” para que sea aceptado por el entorno. De los 4 millones de años de evolución que tenemos los seres humanos en la tierra te diría que la inmensa mayoría del tiempo (al menos 3 millones 800 mil años) hemos “sentido”; es decir, sólo hubo emoción y sentimientos, siendo la razón un fenómeno nuevo en la evolución. La revolución cognitiva, la aparición del pensamiento como lo conocemos hoy no tiene más de 50 mil años. Todo esto nos debe llamar a la reflexión sobre la importancia de una emoción.

– En la tapa del libro se lee la palabra “Emoción” en rojo y “Sentimientos” en azul. ¿La elección de esos colores tiene algún significado?

– Así es. No es casual. Emoción está en rojo, porque la emoción es intensa tiene fuerte repercusión física; ya que va acompañada de palpitaciones, taquicardia, mariposas en el estómago, movimientos intestinales, transpiración o algo físico y, por lo general, la emoción dura poco tiempo. Son emociones básicas el miedo, la ira, la tristeza, la alegría, el asco y la sorpresa. El color azul de la palabra Sentimientos responde a que el sentimiento es menos intenso en cuanto a la repercusión física instantánea; pero a contrapartida los sentimientos duran mucho tiempo, incluso toda la vida. El amor, el odio, el orgullo, la vergüenza, la culpa son sentimientos. La diferencia entre emoción y sentimientos es que la emoción es un fenómeno ancestral agudo y los sentimientos son un conjunto de emociones que pasan por el tamiz o prisma del pensamiento.

 

– ¿Por qué los cuadros de ansiedad son más frecuentes en la mujer que en el hombre?
– Efectivamente, los trastornos de ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo conocido como TOC, las fobias, los ataques de pánico son el doble de frecuentes en la mujer que en el hombre. Solamente, el síndrome bipolar (alterna períodos de exaltación y excitación con otros de depresión) da igual proporción en el hombre y la mujer. ¿Por qué pasa esto? Hay varias consideraciones posibles y, la más seguida por neurobiólogos, responde a la mujer ancestral. Millones de años atrás, la hembra ancestral (cuando éramos hombres mono) se encargaba de cuidar la cueva, la tribu, las crías, de cuidarse entre las otras hembras. En cambio, los machos se iban a cazar. Los predadores querían comer las crías, por lo que la hembra siempre tenía que tener una acción muy activa. Lo cierto es que cuidaba constantemente a las crías y eso determinaba un estado de excitación, nerviosismo e hiperactivación del sistema neurológico del miedo. Es decir, la mujer ancestral siempre estuvo muy “estresada” por el trabajo maternal y de hembra cuidadora. Y eso ha quedado grabado en el sistema neurológico del miedo; algo que explicaría por qué la mujer tiene hoy un cuadro de ansiedad sostenido en el tiempo.

Rosetti dirije el Servicio de Medicina del Estrés en el Hospital Central de San Isidro.

 

– En tu último libro le dedicás un capítulo a la felicidad. ¿Qué entendemos por felicidad?
– Es muy interesante hablar sobre el bienestar subjetivo percibido. Así se llama la felicidad en la medicina y verdaderamente existe. Es una sensación de fondo que permite tener un buen pasar, un sentido optimista de la vida y puede en alguna medida desarrollarse si bien el condicionamiento es de orden genético. Lógicamente, no se puede hablar de bienestar si el estómago está vacío, debe estar cubierta lo que se denomina pirámide de Maslow, es decir, las necesidades básicas. Pero cuando éstas están cubiertas hay otras cosas que se empiezan a privilegiar en términos de ser felices y es algo que está estudiado. Resulta llamativo que una de las cosas que se privilegia, por ejemplo, es la disponibilidad del tiempo. Las personas tienen lo que se llama el capital social, que está formado por el conjunto de amigos, la red de pertenencia, es decir, la red social en la que uno está que funciona de soporte emocional. Otros pilares fundamentales para ser felices es la existencia de un proyecto, las personas deben tener un proyecto; además de tener autoestima de la realización personal. Recordemos el dicho de Desiderata, un escrito del año 1630 muy interesante con un rico contenido filosófico que empieza diciendo:

“Camina plácido entre el ruido y la prisa,
y recuerda la paz que se puede encontrar en el silencio.
En cuanto te sea posible y sin rendirte,
mantén buenas relaciones con todas las personas.
Enuncia tu verdad de una manera serena y clara,
y escucha a los demás,
incluso al torpe e ignorante,
también ellos tienen su propia historia.”

Dice una cantidad de cosas muy interesante que son una recomendación de vida, y termina diciendo algo muy interesante, dos frases cortas: «ten cuidado», y es verdad porque en la vida hay que cuidarse, pero la última frase dice: “Esfuérzate en ser feliz”. Y esa es una frase potente, porque significa que no se es feliz en términos de bienestar general espontáneamente, uno tiene que hacer algo y ese algo también tiene que ver con la identificación y la expansión de las emociones y de los sentimientos.

– Se viene el Mundial de Fútbol en Rusia. ¿Qué podemos decir de las Emociones y sentimientos en un grupo para lograr objetivos?
-Las emociones y sentimientos también son fenómenos compartidos. No hay que olvidarse que el cerebro es un órgano social por naturaleza, por lo que estamos casi obligados en nuestra historia evolutiva a socializar, algo que implica una ventaja evolutiva, que se da en un grupo de afinidad cuando hay empatía y comprensión con el otro. Entonces, cuando se juega en equipo, quizás el mismo equipo argentino de futbol debe tener una empatía y una unidad en la emocionalidad. Se dice que se gana con el cerebro y no con el cuerpo, que un gran campeón gana con la cabeza. Los deportólogos lo saben, el campeón lo es por la cabeza pero si seguimos la línea de pensamiento en el que estamos inmersos en este momento, esa cabeza es un 90 % emoción, entonces la emoción y los sentimientos en definitiva deciden y la razón justifica. Es cierto que para funcionar en equipo también hace falta empatía y esa fuerza de emoción. La historia dice que David le ganó a Goliat por la existencia de algunas emociones básicas como la ira en algún momento. David sintió miedo, sorpresa al ver al gigante Goliat emerger de las líneas enemigas, pero seguramente gano por su fe, que es un sentimiento y eso marco la diferencia. En definitiva, un equipo también se comporta empáticamente en conjunto desde el punto de vista emocional y tal vez esa empatía en el conjunto argentino haya sido insuficiente en algunos momentos.

 

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