Sobrepeso y emociones, ¿cómo es esa relación?

¿Por qué aumento de peso? ¿Por qué no rebajo los kilos de mas que me generan malestar? ¿Estoy cómodo/a con mi cuerpo? ¿Por qué como de mas o de menos? No tengo ningún desorden hormonal, entonces ¿por qué no tengo un peso saludable?.

La lista de preguntas, que nos hacemos en relación al sobrepeso y la obesidad, podría ser interminable. Existe una franca relación entre el aumento y la perdida del peso corporal y las emociones.

En el caso de la obesidad y el sobrepeso existen múltiples factores que permiten la acumulación de grasa bajo la piel; órgano, este ultimo que tiene, entre otras la característica de ser el más grande del cuerpo que funciona de barrera de protección a los órganos, tejidos y huesos de los factores dañinos externos.

La “relación con la comida” existe como tal, como una relación que se establece desde antes de que el ser humano llegue al mundo. Nacerá, crecerá y pertenecerá a un clan familiar donde existirán hábitos y costumbres de todo tipo, incluyendo a la obtención y preparación e ingesta de la comida.

El país, la sociedad, la cultura en la que se crie implica modos y hábitos alimenticios; no dejando por fuera las costumbres y clima familiares a la hora de sentarse a asimilar esos alimentos. Todo esto irá construyendo nuestra relación con la comida.

Por lo tanto, el sistema de creencias que se va gestando en nuestros psiquismos en relación a la comida condicionará nuestros hábitos alimentarios.

A su vez, son varios los factores que influyen e intervienen en el estado emocional. Generaremos determinadas emociones en función de las vivencias, por las que transitemos en nuestras vidas. Desde niños nos enseñan a que ante determinadas situaciones y en relación a los objetos del mundo exterior es común y/o normal reaccionar con determinadas emociones y de determinada manera.

Las emociones generaran a nivel cerebral determinados químicos y sustancias, entonces, quien se sienta triste, angustiado o transite por estados depresivos, sufrirá una deficiencia de serotonina (neurotransmisor).

La baja de esta sustancia ayudará a que la persona se sienta desdichada, a pesar de que su tristeza se deba a una situación de duelo y lógicamente la tristeza sea la protagonista. Esta situación puede llevar a que la persona directamente no sienta apetito alguno o que busque satisfacción oral, a través de alimentos con mucha carga de azúcar y grasas. Así es como, la persona podrá bajar mucho de peso o subirlo.

Lo mismo sucede en el caso de las personas con autoestima baja, retraídos o introvertidos.
Así, encontramos que quien se siente desdichado probablemente busque recibir una compensación a través de sus sentidos (vía oral), por medio de alimentos azucarados y su estado de ánimo, momentáneamente mejore algo, ya que el cerebro al recibir tal glucosa se activa, se despierta y hace relación entre lo dulce ingerido y el placer, la satisfacción, que el estado crónico de tristeza no permite que aparezca.

Sucede que esto es cíclico, ya que tal sensación placentera, caduca; entonces es allí donde más adelante y, quizás mas seguido, el individuo busque nuevamente esa dulce recompensa, buscando salir del estado angustioso. De esta manera es como ira ganando peso, paulatina y progresivamente.

Según estudios estadísticos relevantes, las personas que padecen obesidad, en una gran mayoría buscan inconscientemente protegerse del mundo exterior, de los demás o de traumas infantiles o que hayan podido ocurrir en la adolescencia y en la adultez.
En la gran mayoría de los casos de obesidad, se esconden uno o más conflictos emocionales.

La emocionalidad, puede condicionar la genética, la neurofisiología y la biología (alteraciones endocrinas), ordenando, así nuestro psiquismo y cerebro a acumular reservas en caso de que falte el alimento. Esto responde a parte de nuestro cerebro (en parte aún primitivo), que tiene la función, entre otras, de garantizar la supervivencia.
Queda claro entonces, que las emociones negativas causan sobrepeso y obesidad. Las personas recurrimos a las sensaciones satisfactorias que nos generan los alimentos para canalizar las emociones negativas y no solo con el fin de alimentarnos y nutrirnos.

Lic. Natalia Parma (UBA)

¿Qué se entiende por EMOCIONES NEGATIVAS?

Angustia Fastidio
Pesimismo Aburrimiento
Frustración Nostalgia
Tristeza Ansiedad
Enojo Miedo/temores, etc.
Rabia
Ira

También es probable que la persona con sobrepeso esté utilizando la comida para “anestesiar emociones”.

Consejos y tips para desprogramar la ganancia de peso:
• Consultar al medico, quien derivara a los especialistas que corresponda al paciente con sobrepeso.
• Al momento de comenzar a identificar las emociones negativas, aprenderemos a tratarlas, y encontrar mejoras anímicas y a mejorar la relación con nosotros mismos, cuidando la calidad de los alimentos que incorporamos a nuestro organismo.
• Las Terapias breves ( Psicoterapia Cognitiva), resultan una muy buena opción para tratar emociones negativas, pensamientos negativos y rígidos, pensamientos generalistas y así tratar de raíz las conductas y sintomatología que lleva a la persona a llevar a cabo conductas que permiten el aumento del peso. Tratar aquellos problemas que causan emociones negativas, es indispensable, junto con todo un tratamiento interdisciplinario y personalizado.
• No buscar compensar con la ingesta de comida, dificultades afectivas.
• Compensar la tensión psíquica, angustias, tristezas, angustia, enojos, frustración con actividad física; de esta manera además de estar quemando calorías, estaríamos generando a nivel cerebral químicos que ayudan y son necesarios para que nuestro estado de animo sea positivo; generaremos adrenalina, cortisol, cortisona, etc. químicos necesarios para el buen animo.

Cómo hacer para mantener estos resultados:
Recomiendo visualizar la silueta y peso deseado, consultando con un profesional para lograr el peso saludable. Mantener la fuerza de voluntad y motivación necesaria, resulta indispensable.
Expandir la atención y enfocar más en los alimentos saludables y quitarla de los alimentos que no es recomendable consumir.
Trabajar sobre los pensamientos del tipo TODO o NADA, permitirá ponernos pequeños objetivos, alcanzables y más realistas. Es mucho más gratificante marcarse un pequeño objetivo y comprobar que lo hemos conseguido que marcarse una meta a largo plazo y no obtener ningún feedback hasta el final. Esta forma de enfrentarte a la dieta te ayudará a confiar más en el si mismo y a conseguir mejores resultados.
Anota en él tus logros y dificultades. Esto te ayudará a conocer tus puntos fuertes y débiles y te comprometerás más con tu tratamiento. Escribe a diario.
El prestar atención en los alimentos que ingerimos, nos permite concientizar que y cuanto ingerimos en la comida. Y si sumamos, el comer mas despacio, permite a nuestro cerebro, percibir más claramente la sensación de saciedad. De esta manera ingeriremos lo que necesitamos para nutrirnos, sin excedernos.
El que la dieta sea variada, resulta gratificante de por si y motiva a continuar consumiendo alimentos saludables.
No ceder ante la obsesión con el peso, permitirá que la persona continúe llevando a cabo conductas saludables para en descenso o el mantenimiento del peso saludable con mas liviandad y facilidad.

Lic. Natalia Parma (UBA)
Psicóloga clínica, Psicoterapeuta Cognitiva, Psicoanalista
MN.38.207
MP. 94.522

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