Dieta sin gluten para adelgazar: mitos y verdades

Cada vez más personas sin la enfermedad celíaca adoptan una dieta libre de gluten, creyendo que evitarlo es más saludable o ayudaría a bajar de peso. “No existen datos actuales que sugieran que el público en general deba mantener una dieta libre de gluten para perder peso o gozar de mejor salud”, afirman desde el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires. 

CELIACOS: Solo el 70% de los diagnosticados consumen alimentos sin gluten.

En Argentina, la prevalencia de la enfermedad celíaca es del 1% de la población y sólo el 70% aproximadamente evita consumir alimentos con gluten, explicaron desde el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.

La celiaquía es la “intolerancia permanente al gluten del trigo, cebada, centeno y probablemente avena”, caracterizada por una reacción inflamatoria de base inmune en la mucosa del intestino delgado que dificulta la correcta asimilación de nutrientes. Las proteínas de esos cereales dañan las vellosidades intestinales encargadas de absorber los nutrientes de los alimentos.

Así, si una alimentación libre de gluten o de prolaminas tóxicas -como en realidad debería denominarse-, se realiza con una supervisión de una licenciada en nutrición no trae inconveniente y se mejoran los síntomas, alivia los daños ocasionados al intestino delgado y se previene más daños con el tiempo.

¿Deberías seguir una dieta sin gluten?

Sin embargo, en los últimos años, cada vez más personas sin la enfermedad celíaca adoptaron una dieta libre de gluten, ya que creen que evitarlo es más saludable o que podría ayudarlos a perder peso. “No existen datos actuales que sugieran que el público en general deba mantener una dieta libre de gluten para perder peso o gozar de mejor salud”, enfatizaron desde el Colegio de Nutricionistas bonaerense. 

Cabe destacar que una dieta libre de gluten no es siempre una dieta saludable. Por ejemplo, una dieta libre de gluten puede no proporcionar los suficientes nutrientes, vitaminas y minerales que el cuerpo necesita, como fibra, hierro y calcio. Algunos productos libres de gluten pueden ser altos en calorías y azúcar.

Si el objetivo es perder peso -y no se necesita seguir una dieta sin gluten-, hay que enfocarse en controlar el tamaño de las porciones que se ingieren. Para almorzar o cenar, la mitad del plato debería ser a base de verduras o ensalada, un cuarto de proteínas y otro cuarto de carbohidratos.

Si el objetivo es una dieta sin gluten se deben evitar los alimentos procesados empaquetados y enfocarse en una dieta más variada que conste de verduras, frutas y fuentes de proteínas magras, granos integrales y legumbres.


Celíacos

Muchos de los casos de enfermedad celíaca son asintomáticos, no presentan la típica forma evolutiva y por eso, tardan mucho en detectarse. El lapso de tiempo entre la aparición de los primeros síntomas y el diagnóstico de la enfermedad celíaca puede ser de hasta siete años. Se calcula que solamente una de cada siete está diagnosticado.


Recomendaciones:
● Leer las etiquetas de los alimentos—especialmente alimentos en conserva, congelados y alimentos procesados—para descartar que contengan gluten.
● Identificar los alimentos etiquetados como “libres de gluten”.
● Consultar a los mozos y chefs de los restaurantes cómo preparan los alimentos y qué contienen.
● Averiguar si hay disponible un menú libre de gluten.
● Preguntar al anfitrión de una cena o fiesta acerca de las opciones libres de gluten antes de asistir a una reunión social.
● Se debe tener precaución con: caramelos y golosinas, chocolate y el café, embutidos (salchichas, morcilla, chorizo, mortadela, etc.), patés, salsas, condimentos, colorantes alimentarios, helados, bebidas de máquina, conservas de carne, conservas de pescado en salsa, hamburguesas preparadas, albóndigas preparadas, quesos de untar con sabores, quesos fundidos, quesos especiales para pizza y frutos secos tostados o fritos. 

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