Un páncreas artificial mejorará la vida de pacientes con diabetes tipo 1

Desarollado en Argentina, permite inyectar automáticamente la cantidad de insulina necesaria para regular la glucosa en sangre. Investigadores del CONICET, el ITBA y el Hospital Italiano lo probaron con éxito en cinco pacientes con diabetes tipo 1.

Un grupo de investigadores del CONICET dirigidos desde el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) desarrollaron el ARG (Automatic Regulation of Glucose), un algoritmo que comanda la bomba de infusión de insulina en personas con diabetes tipo 1. Se trata de un proyecto único en Latinoamérica.

Se trata de un sistema de control automático que reemplaza las funciones del páncreas para regular los niveles de glucosa en sangre.

En junio se hicieron las pruebas del algoritmo con cinco pacientes que sólo tuvieron que registrar cuándo empezaban a comer, pero no calcular cuántos gramos de hidratos de carbono iban a consumir.

El sistema inyecta automáticamente la cantidad de insulina que la persona necesita en cada momento.

“El sistema está compuesto por un medidor de glucosa y una bomba de insulina que van conectados en forma subcutánea al paciente. Esto son productos comerciales que ya existen pero lo que faltaba es la conexión entre uno y otro, el trabajo que realiza el paciente habitualmente durante todo el día, toda su vida, calculando la cantidad de insulina que se tiene que inyectar de acuerdo a sus niveles de glucosa y si come o hace ejercicio”, explicó a diario Perfil, Ricardo Sánchez Peña, director del Departamento de Investigación y Doctorado del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).

Silvia Crespo, una de las pacientes que participó del ensayo clínico.

“Eso se reemplazó por un algoritmo llamado ARG (Automatic Regulation of Glucose), que va alojado en un smartphone. Ese algoritmo en base a mediciones de glucosa, determina cuál es la cantidad de insulina que debe inyectarse y de esta forma el paciente se puede desentender de su enfermedad”, sumó Sánchez Peña, quien dirigió el proyecto, del que también participaron las Universidades Nacionales de Quilmes y de La Plata.

Tras siete años de trabajo, en el 2016, tuvo lugar la primera fase del ensayo clínico que utilizó un algoritmo desarrollado en la Universidad de Virginia (EE.UU.); requirió que el paciente calcule y registre en el sistema cuántos gramos de hidratos de carbono comerá para que la bomba infunda la insulina necesaria.

En junio de 2017 se realizó la segunda fase con el algoritmo ARG del ITBA-CONICET, el cual precisa únicamente que se registre el inicio de la comida, sin necesidad de calcular cuántos gramos de hidratos de carbono consumirá.

En esta etapa participaron cinco pacientes adultos, hombres y mujeres, quienes pudieron mantener los niveles de glucosa dentro de un rango aceptable durante las 36 horas en que se probó el páncreas artificial.

“Se hicieron pruebas en cinco pacientes que estuvieron internados en el HIBA 36 horas y durante se tiempo pudieron desentenderse de la enfermedad, ya que el algoritmo –en base a las mediciones de glucosa- inyecta la cantidad de insulina necesaria. De esta forma, ese control automático le da autonomía al paciente, que no tiene que estar preocupado por la cantidad de insulina que se debe inyectar”, sostuvo Sanchez Peña.

Lo más importante, durante ese tiempo ninguno de los pacientes experimentó hipoglucemia graves como tampoco nocturnas.

Silvia Crespo, una de las pacientes que participó del ensayo clínico, expreó: “Uso hace varios años la bomba de insulina con sensor. El algoritmo es el paso que sigue, es un cambio enorme. Además de la alegría de no tener que estar siempre pendiente, haciendo cálculos”.

Los investigadores planean continuar los ensayos clínicos con la participación de un mayor número de personas y hasta ampliar las pruebas a menores. Pero para eso necesitan contar con más fondos.

Fuente: Perfil y Clarín

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